Durante el curso, los participantes aprenden a evaluar amenazas, identificar recursos disponibles, establecer prioridades y coordinar acciones en conjunto con otros servicios de emergencia. También se abordan temas como la seguridad personal, la comunicación efectiva durante crisis, el triaje en masa, el manejo de recursos limitados y la toma de decisiones bajo presión. Todo esto se desarrolla a través de estudios de caso, ejercicios prácticos y simulaciones realistas que fomentan el pensamiento crítico y la cooperación interinstitucional.

Al finalizar el curso, los estudiantes estarán mejor equipados para actuar con eficacia en situaciones complejas y caóticas, minimizando riesgos para ellos mismos y para las víctimas, y maximizando las posibilidades de una atención adecuada y oportuna. Este entrenamiento es especialmente valioso para quienes trabajan en zonas de alto riesgo o forman parte de equipos de respuesta rápida ante emergencias mayores.

A lo largo del curso, los participantes aprenden técnicas para interactuar con sensibilidad y eficacia con pacientes que han experimentado eventos traumáticos, como violencia, accidentes graves, abuso o desastres. Se abordan conceptos clave como el estrés postraumático (PTSD), el impacto del trauma infantil, la comunicación empática, la reducción del estrés en el momento, y la importancia de no re-traumatizar al paciente durante la atención. También se incluyen estudios de caso, ejercicios prácticos y estrategias para adaptar la atención médica a las necesidades emocionales del paciente.

 Al capacitar a los profesionales de EMS en el manejo del trauma psicológico, se busca fomentar una atención más humana, comprensiva y efectiva, que contribuya a una mejor recuperación del paciente tanto en el momento de la crisis como a largo plazo.

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